Ser madre o padre es una de las misiones más importantes del planeta. Criar a las futuras generaciones del mundo es una gran responsabilidad y, cuando estos pequeños humanos no entienden lo que sienten ni saben cómo actuar ante la vida de manera general, puede convertirse en algo especialmente complicado. En estos casos, el deber de averiguar lo que sienten y ayudarles a entenderlo recae sobre los padres.
Aquí tienes algunas ideas para esos momentos en los que tu hijo necesite que le ayudes a entender sus emociones:
- Actúa de forma calmada para dar ejemplo
Los niños imitan el comportamiento de la gente que tienen a su alrededor. A menudo, nos sorprendemos cuando nuestros hijos dicen o hacen lo mismo que otras personas. No obstante, así es cómo aprenden a conocer el mundo que les rodea, ya que eso les permite gestionar los estímulos externos y aprender a desenvolverse en el día a día.
Puedes ayudarles a hacerlo de una forma menos abrupta dando ejemplo de comportamiento calmado. Como madre (o padre), eres la primera persona a la que tu hijo empezará a imitar. Interpretará todo lo que hagas como lo que debe hacerse para sobrevivir y salir adelante.
Si actúas con calma, puedes estar segura de que tu hijo aprenderá a actuar de la forma adecuada ante cualquier situación que se le presente.
2. Dale varias opciones
Otra forma de intentar ayudar a tu hijo a controlar sus emociones es ofrecerle varias opciones. Puedes poner en práctica esta idea cuando vayáis a comprar ropa de niños a una tienda o cuando elijáis qué hacer de comer en casa. En vez de tomar la decisión por él, dale dos opciones para que elija una. De esta manera, el niño sentirá que tiene algo de control sobre la situación y que los demás valoran su opinión. Sin embargo, no olvides que sigues siendo tú quién está al mando.
3. Pregúntale si necesita ayuda o si quiere que hagáis algo juntos
Los niños aprenden a entender y a gestionar sus emociones a partir de sus vivencias. Cuando veas que tu peque tiene alguna dificultad para hacer algo, pregúntale si puedes ayudarlo. Puede que se sienta mejor solo con saber que estás a su lado. El niño no siempre sabrá cómo expresar lo que siente, pero siempre necesitará el apoyo y la comprensión de sus padres.
4. Comunícate usando su lenguaje
Todos tenemos nuestro propio “lenguaje del amor”. Para ser más exactos, todos nos sentimos queridos y mimados de un modo diferente. Hay personas que se sienten bien cuando les hablan de forma positiva o les hacen regalos, mientras que otras quizás prefieran pasar un momento de calidad con alguien. Lo mismo sucede con los niños.
Fíjate en las reacciones y preferencias de tu peque para descubrir cómo puedes hacer que se sienta querido a través de gestos sencillos. Por ejemplo, podrías leer un libro con él o regalarle algo bonito, como ropa de niños. El niño te mostrará cómo quiere sentirse querido a través de sus gustos.
5. Habla con él sobre cómo se siente y respétalo
Los niños sienten lo mismo que los adultos. La principal diferencia es que sus sentimientos se centran en ciertas cosas que pueden parecer menos importantes que las de los adultos. Por lo tanto, cuando un niño decide mostrar sus emociones, es necesario demostrarle que lo comprendemos y nos lo tomamos en serio para fomentar su correcto desarrollo.
Los padres son las personas más importantes en la vida de un niño, y contar con su compasión supone una ayuda increíble. Cuando tu hijo dé señales de que algo le molesta, intenta hablar con él sobre cómo se siente. Si haces esto y respetas sus sentimientos, puedes cambiar su estado de ánimo y alegrarle el día.