Quedándonos sentados y soñando, preguntándonos cómo sería estar en la playa en este momento, a principios de noviembre, tuvimos una revelación. En un lleno estado de ensoñación, apareció ante nosotros una de las maravillosas posibilidades de convertir nuestro sueño en la realidad.
Chipre, la tercera isla más poblada en el Mediterráneo, fue durante muchos siglos la «manzana de la discordia» entre Grecia y Turquía y más allá. De una belleza innegable y con una posición estratégica en el Medio Oriente, Chipre acoge cada año a miles de turistas encantados con la sencillez y la autenticidad de este lugar mágico.
De vez en cuando, necesitamos un descanso de nuestras actividades recurrentes. Sentimos la necesidad de ir a algún sitio, acompañados de seres queridos y de pasar tiempo de calidad sin muchas actividades planificadas de antemano. Chipre es un lugar donde la relajación espontánea es la más importante y es a un dedo de distancia de nosotros en cada paso. Para algunos días de estancia en la isla, preparamos equipajes ligeros, ya que las temperaturas siguen siendo altas y el mar muy suave. . No olvidamos tener con nosotros más bodys para los niños que disfrutarán de la arena fina y jugarán por la mayor parte de su tiempo en la orilla del mar. Añadimos la crema solar habitual y ¡tomamos por asalto la playa!
Nos sentimos como en una postal enviada desde lejos. El calor no es excesivo y nos permite estar tranquilos y relajados. Reímos, construimos castillos de arena en la orilla del mar, sólo para entregarlos a las pequeñas olas que se rompen tímidamente en la orilla. Si nos sentimos cansados, nos acurrucamos en la toalla y nos quedamos dormidos acunados por la muy agradable brisa. Si queremos divertirnos, nos vamos a la mar y hacemos paddleboard, jugamos voleibol, tratamos de hacer las mejores fotos, exploramos los pequeños animales marinos, caminamos, y el día pasa rápidamente, apurado por encontrarse con la puesta de sol.
¿Sabía Ud. que el sabroso queso halloumi nació aquí en Chipre? Está en un paraíso culinario saludable que ofrece las frutas y las verduras más frescas, pero también el pescado y los mariscos preparados con mucho buen gusto. ¡No olvidemos que el pueblo de Chipre es famoso para los postres exquisitos!
Por la noche, tome un par de horas para un largo paseo guía por el antiguo puerto de Limassol, recientemente ampliado y transformado en una marina elegante. También se encuentra aquí el Castillo de Limassol, reconstruido en su forma actual por el Imperio Otomano en 1590. Ya que se hace frío, equipe a los niños con blusas longsleeve y pantalones largos, sudaderas o monos de abrigo. ¡El objetivo es disfrutar de una maravillosa experiencia mediterránea!
Esta isla exhibirá obras de arte en el medio ambiente: durante su estancia, ¡abrace visualmente los atardeceres absolutamente sorprendentes!
Aunque fuera sólo un sueño… ¡la energía positiva de Chipre nos envolvió por completo!
