Los niños son una fuente inagotable de energía y creatividad. Tengan la edad que tengan, les encanta correr, jugar al aire libre en la naturaleza y explorar todo lo que puedan. Una forma de motivar su pasión por el entorno es llevarlos a jugar al bosque.
Te presentamos algunos de los beneficios que aportan las actividades forestales a tu hijo:
Aumentan su comodidad frente a los imprevistos
Cuando juegan en el bosque, los niños están rodeados de fenómenos naturales, lo que hace que se habitúen a los cambios y aprendan a aceptarlos con mayor facilidad.
Además, al estar en contacto con el bosque y observar la flora y la fauna de este ecosistema, los peques están más expuestos a los pequeños riesgos del día a día y dejan de tenerles miedo. Cuando los niños pasan tiempo al aire libre, en el bosque, aceptan con mayor facilidad ciertas situaciones que los pillan por sorpresa, y su comportamiento se vuelve más asertivo.
Los niños aprenden a aceptar situaciones que no se esperaban, ya sea un chaparrón inesperado o cruzarse con animalitos por el camino, y desarrollan sus propios mecanismos de adaptación.
Jugar en la naturaleza reduce la ansiedad
Como la naturaleza cambia constantemente, los niños siempre tienen algo nuevo que aprender y observar, por lo que nunca se aburren. Esto resulta beneficioso para los niños que tienen problemas de ansiedad, ya que la naturaleza es un tranquilizante muy efectivo.
Además, el aire fresco y los sonidos de la naturaleza calman a los peques y les ayudan a estar más relajados.
Ayudan a reducir el déficit de atención
El trastorno por déficit de atención se está volviendo cada vez más habitual entre niños y adultos. No obstante, se puede mitigar pasando tiempo en la naturaleza. Los niños pueden entrenar su capacidad para prestar atención observando los procesos y demás elementos que tienen a su alrededor, y el bosque es el lugar perfecto para realizar este tipo de ejercicio.
Aumentan la creatividad
El bosque es el lugar ideal para estimular la imaginación de los niños, ya que los elementos con los que pueden jugar no tienen un patrón único. Al estar en un espacio abierto con multitud de elementos que dan rienda suelta a la imaginación, los niños pueden imaginar numerosos escenarios de juego, por lo que pueden embarcarse en aventuras y descubrimientos o hacer algo más tranquilo, como observar los procesos que tienen lugar a su alrededor.
Por tanto, dependiendo de la personalidad de cada uno, los niños disponen de una infinidad de recursos con los que estimular su imaginación.
Inculcan el amor por la naturaleza en el niño
Por último, aunque no menos importante, jugar en el bosque también hace que los peques amen la naturaleza. Al estar en contacto con este entorno, los niños aprenden a ser respetuosos con el medioambiente, a apreciar lo que este les ofrece y a protegerlo.
Al ver la conexión que hay entre animales, plantas y humanos, los niños descubren que desempeñan un papel importante en el ecosistema del que forman parte y que sus acciones se ven reflejadas en el entorno.
Estos son solo algunos de los beneficios que aporta jugar en el bosque a los niños y a su desarrollo. ¿Te gusta que tu peque juegue en el bosque? ¿Qué otros beneficios crees que aporta?