Unos estudios revelan que los primeros 14 años de vida son los más importantes a la hora de establecer una buena relación con el medio ambiente. Los niños sienten una atracción innata por la fauna y la flora. Les fascinan y les despiertan gran curiosidad.
Los padres juegan un papel fundamental en la relación con los niños con la naturaleza. Debemos darles constantemente la oportunidad de conectar con el entorno que les rodea, ya sea mediante juegos, paseos, escapadas rurales o enseñanza al aire libre.
Estas 4 ideas harán que tus hijos sientan pasión por la naturaleza:
1. Da ejemplo
Los niños aprenden más viéndonos que recibiendo lecciones. Si te ven todo el día pegado al teléfono, querrán hacer lo mismo. Pero si ven que te gusta disfrutar de bonitos entornos al aire libre, les entrarán ganas de explorarlos ellos también. Dedica tiempo durante el día a día a estar fuera de casa. Habla en positivo y con respeto sobre la naturaleza y enseña a tus hijos a protegerla.
2. Deja que tus hijos exploren, se ensucien y se mojen
A los niños les encanta ensuciarse, jugar con la arena, llenarse de barro y saltar en charcos. En lugar de prohibirles que se ensucien, cómprales ropa infantil impermeable y resistente a manchas o lleva una muda en la mochila. Deja que caven y hagan agujeros en el jardín o en bosques o campos cercanos para que descubran por sí mismos las distintas capas que componen la superficie y encuentren gusanos y otras criaturas.
3. Da prioridad a lo inmaterial frente a lo material para vivir aventuras y crear recuerdos
Los niños recordarán más el tiempo que pases con ellos que los objetos o juguetes que les compres. El tiempo en familia también puede servirles de enseñanza para apreciar y valorar el mundo que les rodea.
Lo mejor de irse de aventura es que con poco se puede hacer mucho. Si apenas dispones de presupuesto, puedes igualmente hacer una ruta de senderismo, ir con el coche a áreas silvestres, celebrar un pícnic o pasear por un parque.
4. Enseña técnicas de supervivencia a tus hijos
Los niños han de saber que pueden confiar en sus padres, pero también que no podemos estar con ellos el 100 % del tiempo. Las actividades al aire libre son ideales para enseñarles qué deben hacer si, por ejemplo, se pierden. El proceso de enseñanza de estas técnicas de supervivencia les resultará divertido y les ayudará más si cabe a conectar y aprovechar el medio que les rodea. Enséñales a construir un refugio, a buscar agua, a encender una hoguera, a buscar comida y a usar una brújula y un mapa.
No necesitamos ser guardas forestales o científicos para amar y saber apreciar la belleza del mundo natural. Con explorarlo y ponerle interés basta para darnos cuenta de lo vital que es que protejamos la naturaleza.
Si damos a nuestros hijos la oportunidad de jugar con palos y de sentir que forman parte de la naturaleza, les estaremos educando y transmitiendo lo importante que es el medio ambiente para todos. Al fin y al cabo, ¡el futuro está en sus manos!