Por fin ha llegado el verano. Algunos hemos echado tanto de menos el sol que puede que nos relajemos y bajemos la guardia. No obstante, es muy importante tener en cuenta que debemos protegernos la piel de los afectos nocivos de los rayos UV lo mejor que podamos.
La piel de nuestros peques es más fina y sensible que la nuestra. Por tanto, debemos prestar especial atención a cómo protegerla para evitar quemaduras o lesiones debido a la exposición a rayos más fuertes de lo habitual.
La protección solar no solo es fundamental cuando tu hijo va a la playa o la piscina, sino siempre que esté al aire libre. Los niños pueden exponerse a una luz solar muy fuerte incluso en el balcón de su casa, en el patio del cole o la guardería, o en el parque.
A continuación, te damos algunos consejos que te ayudarán a proteger a tu hijo:
Vístelo con prendas que cubran la máxima cantidad de piel posible. Opta por tejidos ligeros que no den demasiado calor. Los días que vayáis a la playa, ponle un bañador infantil de una sola pieza que le cubra la mayor parte de la piel. De este modo, te resultará más sencillo aplicar la cantidad de crema solar necesaria en las partes del cuerpo que queden expuestas al sol.
Bañador infantil con protección UV.
Si le gusta chapotear en el agua, no puede faltar un bañador de este tipo en el armario de tu peque.
Aplícale crema solar en todas las partes del cuerpo que no queden cubiertas por el bañador. Elige una crema con factor solar +50 que también ofrezca protección frente a los rayos UVB y UVA, y que sea resistente al agua. Extiéndesela por la cara, los brazos, las piernas y cualquier otra parte que quede expuesta 20 minutos antes de salir de casa. Vuelve a echársela cada 2 horas o después de secar a tu hijo con la toalla.
Existen varios niveles de protección solar:
FPS 6-10: baja
FPS 10-25: media
FPS 30-50: alta
FPS +50: muy alta
También es muy importante cubrirle la cabeza con un gorro o sombrero. Elige uno que le proteja la cara, el cuello, los ojos y las orejas, y procura que la talla sea adecuada para que no se le caiga. Intenta también que tu hijo se mantenga a la sombra siempre que sea posible.
No te olvides tampoco de las gafas de sol. Invierte en unas gafas de sol de buena calidad con protección UV. Nosotros te recomendamos las categorías 2, 3 o 4, puesto que las categorías 0 o 1 no ofrecen suficiente protección UV.
Evita la exposición al sol durante las horas del día en las que el nivel de radiación es más intenso. Los rayos del sol suelen ser muy fuertes entre las diez de la mañana y las cinco de la tarde, así que evita que tu hijo esté al sol durante esta franja.
Además de todas las recomendaciones anteriores, no olvides dar buen ejemplo a tu hijo. Si tú te proteges, él también aprenderá a hacerlo.
Recordemos que el sol también es un buen aliado. Si lo combinamos con una dieta equilibrada, actividades deportivas y suficientes horas de sueño, los rayos de sol también nos pueden ayudar a mejorar nuestra salud física y mental. ¡Disfrutemos de él con responsabilidad!