3 Los beneficios del juego en la naturaleza

Vivimos en un mundo donde nuestros hijos juegan cada vez menos al aire libre. El tiempo pasado al aire libre ha sido reemplazado por clases de piano, ajedrez, clubes de teatro o juegos electrónicos y la ropa para niños parece jugar un papel más decorativo que funcional.

Un estudio británico muestra que los pequeños pasan menos tiempo al aire libre que los que están en prisión. El título dio la vuelta al mundo, pero tres años más tarde nada ha cambiado. Las estadísticas son igual de alarmantes y la tasa de obesidad infantil está aumentando.

Los beneficios de las actividades al aire libre

Jugar al aire libre tiene un papel importante en el desarrollo armonioso y saludable del pequeño. En una época en la que el teléfono y la computadora fascinan a los niños y los hacen caer en la trampa del sedentarismo es esencial dar más importancia al tiempo que pasan en la naturaleza. Jugar afuera desarrolla muchas habilidades completamente diferentes a las que adquiere al jugar adentro.

Para que el pequeño tenga la máxima seguridad y comodidad, asegúrense de vestirlo con ropa cómoda, que no limite sus movimientos y que lo proteja del viento y la lluvia.

1.     El tiempo que pasan al exterior reduce el riesgo de miopía

El factor hereditario juega un papel clave en la aparición de la miopía, pero los científicos han descubierto que el aire fresco y la actividad física pueden reducir el riesgo de desarrollar esta afección. Un estudio realizado por investigadores de Cambridge muestra que los niños que pasan más tiempo en la naturaleza tienen un riesgo menor de problemas de la vista. Además, los médicos han notado que pueden prevenir o retrasar la aparición de la miopía “prescribiendo” jugar al aire libre.

2.     Los niños aprenden palabras y conceptos nuevos más fácilmente

Los pequeños necesitan moverse, tocar cosas y explorar el entorno utilizando sus cinco sentidos. Poco a poco aprende a explicar con palabras lo que experimentan, desarrollando su vocabulario y consolidando los conceptos teóricos aprendidos en el cole o en la escuela.

Teniendo actividades al aire libre, el niño será más activo, teniendo más espacio para jugar.

3.     Jugar en la naturaleza con otros niños desarrolla sus habilidades sociales y las habilidades de evaluar el riesgo

Un estudio australiano desarrollado en 575 niños entre 2 y 5 años ha mostrado un vínculo directo entre jugar afuera y aprender habilidades sociales. Los niños aprenden no solo de otros adultos, sino también de sus compañeros del cole o de sus amigos del parque. Al interactuar entre ellos, desarrollan habilidades tales como la cooperación, la negociación, el compromiso, cosas muy difíciles a enseñar teóricamente.

Además, las actividades aparentemente riesgosas como trepar a los árboles, saltar una valla o jugar con un palo, hacen que el pequeño entienda los riesgos, aprenda a evaluarlos y tome las decisiones correctas asumiéndolas.

 

Los niños necesitan desafíos físicos para consumir su energía, correr, saltar, andar en patineta o simplemente pasar tiempo bajo el sol. Independientemente de las condiciones climáticas, dale al niño al menos dos horas al día de actividades al aire libre. Para sentirse a gusto, es importante elegir ropa adecuada para niños. El mono de softshell iELM es el equipamiento perfecto para tales escapadas. Su peque jugará libremente, y usted disfrutará de su felicidad y la belleza de la naturaleza.

 

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